domingo, 16 de mayo de 2010

¡Estás loco, majareta!


Hoy por fin he visto una película que llevaba esperando desde hace tiempo: la nueva película de Tim Burton “Alicia en el País de las Maravillas”. Y lo cierto es que me ha gustado mucho más de lo que pensaba, y eso que llevaba unas expectativas bastante altas.

Una de las frases que más me ha gustado ha sido cuando Alicia le dice al Sombrerero Loco: “¡Estás loco, majareta!... Pero te diré un secreto: ¡Las mejores personas lo están!”

Y parándonos a pensar, creo que todos deberíamos ser un poco más como este personaje, como este Sombrerero Loco. Creo que muchas veces deberíamos dejarnos llevar un poco por la locura, pues en muchas ocasiones es la manera de conseguir lo que queremos, lo que deseamos.

¿Pues cómo seríamos capaces de perseguir sueños imposibles, sin dejarnos llevar por una pizca de locura?

domingo, 2 de mayo de 2010

¿Cúanto valemos en realidad?


Os dejo aquí un cuento que encontré el otro día por internet, para que realmente nos demos cuenta de lo que valemos!!!


" Alfredo, con el rostro abatido de pesar se reúne con su amiga Marisa en un bar a tomar un café.
Deprimido descargó en ella sus angustias...que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación...todo parecía estar mal en su vida.

Marisa introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 50 euros y le dijo:
- Alfredo, ¿quieres este billete ?
Alfredo, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo:
- Claro Marisa...son 50 euros, ¿quién no los querría ?

Entonces Marisa tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo un pequeño bollo. Mostrando la estrujada pelotita naranja a Alfredo volvió a preguntarle:
- ¿Y ahora igual lo quieres ?
- Marisa, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 euros, claro que los tomaré si me lo entregas.

Entonces Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado.
- ¿Lo sigues queriendo ?
- Mira Marisa, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 50 dólares y mientras no lo rompas conserva su valor...

- Entonces Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo hayas sido...lo que debes preguntarte es cuanto vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.

Alfredo se quedó mirando a Marisa sin decir palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro."

sábado, 24 de abril de 2010

El rey y Sabrina

"El rey estaba enamorado de Sabrina, una mujer de baja condición a la que había convertido en su última esposa.
Una tarde, mientras el rey estaba de cacería, llego un mensajero para avisar de que la madre de Sabrina estaba enferma. Pese a que estaba prohibido usar el carruaje oficial del rey, infracción que se pagaba con la cabeza, Sabrina cogió el coche y corrió junto a su madre.

Al regreso, el rey fue informado de la situación.
- ¿No es maravillosa? - dijo- Esto es verdadero amor filial. No le ha importado jugarse la vida para cuidar a su madre. ¡Es maravillosa!

Otro día, mientras Sabrina estaba sentada en el jardín de palacio comiendo fruta, llego el rey. La princesa lo saludó, y después le dio un mordisco al último melocotón que le quedaba en la cesta.

- ¡Parecen buenos! - dijo el rey.

- Lo son - dijo la princesa. Y, alargando la mano, le cedió el último melocotón a su amado.
- ¡Cuanto me ama! - comentó después el rey - Renunció a su propio placer para darme el último melocotón de la cesta. ¿No es fantástica?

Pasaron algunos años y, a saber por qué, el amor y la pasión desaparecieron del corazón del rey.

Sentado junto a su amigo más íntimo le decía:

- Jamás se comporto como una reina. ¿Acaso no desafió mi prohibición utilizando mi carruaje? Es más, recuerdo que una vez me dio de comer una fruta mordida.”




Y como nos muestra Jorge Bucay en este cuento, la realidad siempre es la misma, lo que cambia es los ojos con los que la vemos.

jueves, 15 de abril de 2010

El Principito



Hace un par de semanas la casualidad hizo que este libro volviera a pasar por mis manos, y no perdí la oportunidad de volver a leerlo.

A pesar de haberlo leído más veces, no pude evitar emocionarme ante una de las partes más famosas del libro:


“- Adiós - le dijo.

- Adiós - dijo el zorro - He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

- Lo esencial es invisible para los ojos - repitió el principito para acordarse.

- Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.

- Es el tiempo que yo he perdido con ella… - repitió el principito para recordarlo.

- Los hombres han olvidado esta verdad - dijo el zorro - pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa…

- Yo soy responsable de mi rosa… - repitió el principito a fin de recordarlo.”


Y es que como nos enseñó el zorro, debemos dejar atrás las apariencias. Debemos intentar ver las cosas desde su interior, pues hasta la rosa más bella antes de florecer, no aparenta más que una simple planta con espinas….

miércoles, 7 de abril de 2010

5 años

Hoy hace 5 años que perdí a una persona importante.

Creo que desde ese momento decidí tomarme la vida de otra manera, pues es uno de esos palos que te da la vida que te hacen madurar. Desde entonces, he decidido no desaprovechar ni un instante lamentándome por lo que no tengo o por lo que no soy, y he decidido luchar por ello hasta conseguirlo, pues es la única manera de poder vivir disfrutando al máximo.

Y aquí os dejo algo que escribí el día que mi amiga se fue:

Triste es cielo que amaneció, aquel día oscuro del que no sé salvo. Un día cualquiera en que su vida no siguió, su cuerpo y su alma sin fuerzas se quedó.

¿Por qué una vida ha de acabar? ¿Qué pasa para que tenga que terminar?

Cuando yacía dormida, un ángel bajó, y sin que lo notase se la llevó. Dura vida la que vivió, pero en ella la alegría siempre existió.

¿Por qué una vida ha de acabar? ¿Qué pasa para que tenga que terminar?

Fue una princesita, que siempre sonrió, dulce niña que nunca se rindió, gran luchadora que ante todo combatió; pero aquel amargo día, su cuerpo se paró.

¿Por qué una vida ha de acabar? ¿Qué pasa para que tenga que terminar?

Nuestros pequeños paseos, nunca los olvidaré, pequeños secretos que siempre recordaré; y a nuestro rincón algún día iré, y allí por ti, yo sonreiré.